XXXIX


Amargo bajo la manta el sueño
Deja algo dulce casi por prender
El atender el alma y ofender
Ese dolor diario que es empeño

Pues muy jodido es el desempeño
De joder y ascender para perder
Y cada vez llorar por no entender
Éste mundo de desdén tras desdeño

Lo que ha de suceder al ofender
Es una cuestión de dar con ceño
Al mercader, y más tarde… proceder

Encender la mecha y no esconder
El fuego, el tiro… el grueso leño
 Para arder sin poder ni fe ceder